Siluetas sexys, colores explosivos y complementos como personajes principales definen el vestuario de las películas ‘rom-com’ de hace 2 décadas
Englobar todas y cada una de las tendencias bajo la etiqueta “core” dió rincón a una burbuja fashionista que genera hartazgo entre los fanáticos de la tendencia reluctantes a compartimentar cada novedad como supertendencia. Si cada semana aparece una exclusiva inclinación, semeja que el término pierde una parte de su concepto. La inspiración está en todas y cada una partes, pero en los últimos tiempos las series se convirtieron en una vigorosa fuente de referencias, dando sitio a toda clase de estéticas. Lo vimos con Miércoles y el regreso del look gótico o con el fenómeno Emily in Paris.
Las referencias de todo el mundo audiovisual proseguirán siendo capaces en 2023, pero la melancolia semeja imponerse y la fiebre por la estética años 2000 se afianza merced a una fuente de inspiración inopinada: las películas románticas de principios del siglo XXI. De esta forma lo afirma Pinterest en su informe Pinterest Predicts 2023, dado a comprender hace unos días, donde apunta que una de las considerables tendencias de tendencia de los próximos meses va a ser el RomCom Core. O dicho de otro modo, la estética de las comedias románticas protagonizadas por iconos del género, con las tres Jennifer como enormes reclamos de esos años: Garner, Aniston y Lopez.
Las claves del armario ‘rom-com’
Las rom-com (abreviatura en inglés de “comedia romántica”) de los primeros años 2000 encapsulan con perfección todas y cada una de las tendencias de la temporada, exactamente las mismas que anegan los armarios recientes veinte años después. En contraposición con la paleta cromática neutra famosa entre las fanaticos del minimalismo de inspiración norteña, los colores alegres y los acabados de inspiración festiva dotaron de iluminación al vestuario ‘Y2K’: verde lima, amarillo, naranja o rosa se anteponen al tradicional negro y blanco, los tonos simbólicos de la década de los 90, en el momento en que el menos es mucho más de Calvin Klein, portaestandarte por la incomparable Carolyn Bessette, se realizó fuerte.
En la película El sueño de mi vida (Gary Winick, 2004) se refleja con perfección este planeta de color y mezcla de estampados. En el largo Jennifer Garner da vida a Jenna, una joven de 13 años que quiere tanto tener ahora 30 años que su sueño se hace situación. El icónico vestido que transporta Garner en entre las situaciones mucho más recordadas de la película, un diseño de Versace con un pequeño corte bajo el pecho y estampado de rayas multicolor, podría marchar con perfección en cualquier alfombra roja actualmente. En verdad, Ariana Grande lo recobró en el mes de noviembre de 2021, adelantándose a la inclinación rom-com.

Sensualidad en las siluetas
Los años 2000 fueron los de la sensualidad y la provocación. La década de los últimos tiempos de Tom Ford en Gucci, de la consolidación de Alexander McQueen y de Galliano en Dior. La tendencia no eludía la transgresión y la sensualidad empapaba la estética que daba el salto de la pasarela a la alfombra roja y, de allí a las calles. El tiro bajo, los tops cortos que dejaban al descubierto el abdomen (frecuentemente, adornado con un piercing) y los diseños con aberturas definieron una manera de vestir donde la discreción quedaba apartada a un background.
En la enorme pantalla, las personajes principales de las comedias románticas mucho más recordadas de la temporada – de Kate Hudson en De qué manera perder a un chaval en 10 días (Donald Petrie, 2003) a Cameron Diaz en La cosa mucho más dulce (Roger Kumble, 2002)- glorificaron esta clase de vestuario, redescubierto el día de hoy por la generación Z con fascinación. En la icónica El Bar Coyote (David McNally, 2000), los pantalones de tiro bajo se lucían en su versión de efecto cuero, con microtops satinados, estampados, de flecos… Los cortes asimétricos, de vuelta merced a firmas como Versace o LaQuan Smith, asimismo rompieron con la facilidad sobria en los primeros años 2 mil. En La cosa mucho más dulce, Cameron Diaz luce un top negro con un hombro al descubierto que logramos hallar con sencillez en las compilaciones recientes de las fabricantes mucho más populares.

Escena de El Bar Coyote
Atención a los complementos
En el prácticamente cuarto de siglo que llevamos de siglo XXI, no hubo un intérvalo de tiempo donde los complementos tuviesen tanto peso como a inicios de los años 2000. La gargantilla heredada de los últimos noventa, los maxicinturones de hebillas joya, los collares de refulgentes y los atentos de strass que transformaban cualquier look de lunes en un grupo particular. Jennifer Aniston desveló en las películas de aquella temporada otra categoría de complementos clave: la de los complementos pilíferos. En Y entonces llegó ella (John Hamburg, 2004), su codiciada melena se adornó con esas pinzas de aspecto infantil con la que cualquier apasionado de las tendencias remataba su estilismo. El sombrero de pescador, la bandana o los clips refulgentes que se distribuían por la melena de manera estratégica pero supuestamente desenfadada fueron el toque final mucho más repetido.
La generación Z redescubre con esta inclinación en apogeo una manera de vestir que formó una parte de la adolescencia y juventud de una generación. Si siempre y en todo momento tuviste claro el carácter cíclico de la tendencia, es posible que aun almacenes en tu armario alguno de esos tops con incrustaciones de refulgentes o el pañuelo que lucías en forma de mini fular en el momento en que procurabas un punto diferente. Si es de este modo, es ya hora de recobrarlo del fondo del armario.