Las tres vuelven a la primera línea de una industria que se abre a la variedad, no solo de cuerpos, sino más bien asimismo de edades. Y lo hacen siendo mucho más libres, desprendidas y sabias que jamás.
Sus nombres son homónimo de éxito, hermosura, distinción, y por qué razón no decirlo, revolución. Judit Mascó, Martina Klein y Minerva Portillo forman parte a tres generaciones distintas de modelos, pero todas y cada una ellas tuvieron algo en común: revelarse contra el sistema predeterminado. Quizá por este motivo llevan años en lo mucho más prominente y sin intención alguna de dejar la cima.
Charlamos con ellas para conocerlas mucho más en hondura en un instante en el que la industria de la tendencia vive uno de sus instantes de mayor cambio. Judit, Martina y Minerva saben que es en las temporadas mucho más convulsas es donde mucho más jugo se saca al esfuerzo.
Judit Mascó, con ella empezó todo
Mucho más que en la tendencia, sus comienzos fueron una sucesión de infinitos rodajes y sesiones de publicidad que, como ella misma recuerda, «me brindaron las tablas para comenzar desde abajo en una profesión dura y competitiva de la que conseguí un estudio de largas jornadas de rodajes entre mayores que me enseñaron a ser disciplinada y profesional y, más que nada, a comprender trabajar en grupo«.
Como muchas de sus compañeras no se fatigan de admitir, dentro Martina Klein y Minerva Portillo, la figura de Judit fue el enorme faro que a lo largo de los años 90 les sirvió a todas y cada una de inspiración, colocándola además de esto bajo el foco mediático en todo el mundo. Sin perder la perseverancia y la experiencia que en su día encandilaron a Patrick Demarchelier o Bruce Weber, Judit sigue en la cresta de la ola utilizando su popularidad para formar parte activamente en proyectos humanitarios.

¿Piensas que la industria creció y madurado de manera efectiva desde el instante en que debutaste hasta este día?
La tendencia es un negocio y la economía que la desplaza fué evolucionando durante estas últimas décadas con la variedad y también inclusividad pluricultural de la sociedad de la cual formamos parte, de este planeta global y también interrelacionado, enriquecido por etnias, religiones, etnias y distintas maneras de meditar, vivir y ver la vida. Asimismo la industria de la tendencia fué apostando, tímida y paulativamente, por personas de diferentes tonos de piel o tallas de ropa, acercándose a la verdad de las consumidoras, todas y cada una tan distintas como géneros de mujeres y hombres hay en el planeta. Sin embargo, aún queda sendero por recorrer a fin de que la inclusión sea real y diversa.
La sostenibilidad es otro de los pilares inevitables para la tendencia. ¿Ves a la industria verdaderamente implicada o en ocasiones peca de caer en el greenwashing?
Entendemos que la tendencia se convirtió habitualmente en un campo que oculta condiciones laborales poco morales, que vulneran en ciertos casos los derechos y representan una huella catastrófica para el medioambiente. Con esta información contrastada, hay una parte de la industria que emplea el greenwashing como puro marketing. La sostenibilidad es una palabra comodín, cargada de prejuicios y verdades a medias. En lo posible, ensalcemos y demos a comprender a los diseñadores y fabricantes que se esmeran y trabajan para un consumo popular respetuoso y a poder ser local. Por el hecho de que es bueno preguntarse, ¿Dónde vamos y qué futuro deseamos?
Como modelo de referencia asimismo te has implicado en la concienciación de las chicas que desean comenzar en el planeta de la tendencia, desde la publicación de múltiples libros hasta presentando el software Supermodelo. ¿De qué forma cambió la percepción de este negocio para la multitud joven?
Siempre y en todo momento me ha dado gusto comunicar mis vivencias con quienes empiezan en el planeta de la tendencia, y decidí escribirlo en un manual de asistencia práctico para ser modelo. Pero es verdad que, desde el momento en que hay las comunidades, todo cambió bastante. Aún de este modo, para trabajar y tener una carrera permanente como modelo, hay puntos de fondo, de actitud y de exigencia profesional que no cambiaron tanto. Siempre y en todo momento me agrada rememorar que ser modelo no es ser conocida; ser modelo es ejercer una profesión que es riguroso y necesita peculiaridades, no solo físicas, sino más bien mentales.

¿Quiénes eran las modelos a las que idolatrabas en el momento en que empezabas?
De muy joven admiraba a Paulina Porizkova o Yasmin Le Bon, tops de europa que resaltaban en el mundo entero en la década de los 80.
Pasar de los 50 y continuar manteniéndote como modelo va a haber sido un enorme desafío con los tiempos que corren y la obsesión incesante por la juventud.
Hubo un cambio positivo en la tendencia, un resurgir de las tops de los 90, una cantidad esencial de campañas de publicidad de modelos para mujeres en edades maduras protagonizadas, al fin, por mujeres similares a eso que se comunica. Hoy en día, en la cosmética raras veces observamos a chicas de 20 años anunciando cremas para pieles maduras, como ocurría en los 80 y 90. Es un acierto ubicar modelos y moda para diversos tipos y edades de mujeres, ya que se consigue que todas y cada una nos sintamos identificadas y empoderadas en vez de frustradas.
La implicación humanitaria asimismo es muy importante en tu trayectoria, más que nada desde la presidencia de Fundación Ared. ¿Por qué razón decidiste volcarte con esta idea?
Mi carrera me dió un reconocimiento que he podido explotar como herramienta de empoderamiento para las mujeres que no tuvieron la fortuna que he tenido yo. Y como presidenta de Fundación Ared, una entidad donde promovemos ya hace mucho más de 28 años la plena ciudadanía de personas, en la mayoría de los casos mujeres, en prominente peligro de exclusión, promoviendo su autonomía por medio de la capacitación, acompañamiento y del trabajo digno, me siento útil y feliz de poder devolver todo lo que yo he tenido la fortuna de recibir: capacitación, trabajo, autonomía y independencia como mujer.
Las ocupaciones al aire libre son otra de tus enormes pasiones. ¿Qué te contribuye gozar de la naturaleza?
Los resultados positivos de un recorrido con mi perro, excursiones con amigos o cualquier actividad deportiva en espacios naturales tienen un encontronazo muy positivo en mi estado anímico y salud psicológica; noto de qué forma recargo las pilas de energía muy efectiva. ¡Medicina alternativa disponible para todos!

Martina Klein, el plan B que se transformó en A
Modelo, actriz, comunicadora, humorista, autora de libros infantiles e inclusive autora de una firma de decoración. Todo, como ella misma afirma, pese a no haberse sentido jamás «el plan A de absolutamente nadie. Siempre y en todo momento me dio la sensación de que era la opción alternativa a varios proyectos y no obstante merced a eso he labrado mi carrera y me he transformado en el plan A de muchas otras ocasiones». Indudablemente, la mejor forma de afrontar la vida es ver siempre y en todo momento el vaso medio lleno.
¿Afirmarías que el misterio de tu éxito fué la perseverancia?
Lo que siempre y en todo momento he buscado fueron salidas en el momento en que se me han cerrado las puertas. Soy lo que soy merced a todas y cada una de las cosas que no salieron como debían. De ahí que, en el momento en que mis medidas no cuadraban para subirme a una pasarela, estudié arte dramático, me puse a redactar, colorear… y de ahí han surgido una sucesión de cosas que me han enriquecido como persona y me han tolerado desarrollarme profesionalmente.
¿Te impone exactamente el mismo respeto subirte el día de hoy a una pasarela que en el momento en que lo hiciste por vez primera a los 15 años?
Por supuesto. Y eso que ser modelo jamás fue un deseo que sintiese desde en mi tripa sino más bien una ocasión que brotó de forma casual y de la que estoy muy agradecida. Si bien prosigue sin ser algo que disfrute bastante, por el hecho de que me hace experiencias encontradas, lo que sí saco en positivo es poder reencontrarme con ciertas compañeras con las que me lo prosigo pasando tan bien como entonces.

¿Cambió radicalmente la profesión de modelo?
Sospecho que en el momento en que uno se hace mayor comienza a comprobar las bases y las certidumbres de la vida y me percato de que nuestro planeta en aquella temporada, si bien era muy glamuroso, se encontraba asentado sobre bases que el día de hoy son bien difíciles de estimar adecuadas. Éramos muy jóvenes y estábamos muy desamparadas. Para muchas de mis compañeras tuvo malas secuelas. Y son cosas que el día de hoy no dejaríamos pasar. Es muy bestia lo que hemos alimentado; fuimos cómplices del castigo psíquico a la mujer y de hábitos que son prácticamente delincuentes. Por entonces a todos nos daba la sensación de que se encontraba bien y no era de este modo. Asimismo la variedad y la hermosura madura han ganado peso en el tablero de hoy. Realizar los cánones se había transformado en una esclavitud y que eso esté comenzando a invertirse es bueno. Me semeja especial que la sociedad reconozca que la gente, y las mujeres particularmente; no dejamos de ser útiles tras los 40, ni preciosas ni valiosas. Hay que ofrecerle relevancia a la sabiduría y al paso del tiempo como una virtud.
¿De qué manera definirías tu relación con la industria de la tendencia?
De amor-odio. Y si bien vaya intentando encontrar elecciones para subsistir, como hacen muchas de mis compañeras, me agradaría poder continuar viviendo varios años de ella.
Adjuntado con Minerva y Judit formáis una parte de ese Olimpo de top models consideradas mitos. ¿Qué piensas que les caracterizó en nuestros principios que les logró vencer?
Pertenecemos a tres generaciones diferentes que se fueron solapando en el tiempo. Judit abrió el sendero a inicios de los 90 y estuvo en contacto con las tops de todo el mundo. Fue la vanguardista que nos dejó a chicas como yo tocar con la punta de los dedos ese polvo de estrellas. Años después, Minerva fue una revolución en sí con su sensualidad y desparpajo. Tuvo un estrellato muy colorista y enérgico merced a ese poderoso contraste tan atrayente entre su hermosura exuberante y su personalidad tierna y adorable.

La lealtad entre las tres fue siempre y en todo momento la tónica general.
Siempre y en todo momento. Yo por norma general me he llevado realmente bien con todas y cada una mis compañeras de trabajo. En el momento en que conocí a Judit ella ahora era entre las modelos españolas mucho más esenciales internacionalmente, si no la que mucho más. Y de Minerva viví sus principios con mucha admiración. Quiero comprender nuestro trabajo sin rivalidad por el hecho de que eso es algo que me rompe los esquemas. En cualquier campo. No soy competitiva, de ahí que si a alguien se le va la vida en ganar, que se lo quede; a mí no me compensa.
Como producto de tu incomodidad creativa decidiste publicar en 2016 la firma de decoración textil Lo de Manuela. ¿Qué te llevó a apostar por esta novedosa faceta?
Brotó pues toda modelo debe proponerse qué desea ser de mayor. En lo personal; el planeta del interiorismo lo llevo en forma innata: mis progenitores son los dos arquitectos. Además de esto, mi madre ejercitó de decoradora varios años. Afirmemos que me he criado hojeando mucho más gacetas de decoración que de tendencia. Me llama mucho más la atención un espacio que un vestido o un desfi le; vibro considerablemente más fuerte. De ahí que, mientras que se encontraba embarazada de mi hija Érika me resolví a hacer con 2 asociadas un planeta textil en el que el modo de vida y los elementos ornamentales cobren un signifi cado particular.
Es tu forma asimismo de dar un grano de arena al alegato de la sostenibilidad y el consumo responsable.
El emprendimiento tiene unos principios en los que creo firmemente. Debemos proteger nuestros armarios, lo que quiere decir que es urgente terminar con la hiper producción textil tal como con el consumismo desmedido. Lo practicamos en nuestra vida día tras día tal y como si no tuviese secuelas y no es de esta manera. La verdad es que, con bastante esfuerzo, vamos dando pequeños pasos pero continuando al final de cuenta.

Minerva Portillo, pura determinación y valentía
Ella, que de joven forraba las paredes con campañas de tendencia protagonizadas por sus idolatradas Claudia Schiffer y Naomi Campbell, fue con la capacidad de apresar como un poderoso imán el propósito de la fotógrafa Ellen von Unwerth en el momento en que solamente había cumplido veinte años. «Ser modelo fue mi pasión desde pequeña», recuerda. «A mí no me descubrieron ni en un campo de aviación ni en una hamburguesería. Yo lo perseguí con convicción y determinación». Por si acaso ponerle rostro a la estética rupturista de inicios de los años 2000 no fuese bastante, la evolución de la carrera de Minerva ha madurado para posicionarla el día de hoy tanto enfrente como tras la cámara, ejercitando como estilista. Lo propio siempre y en todo momento fué «soñar a lo grande».
A los 19 años te alzaste con el premio a la modelo revelación de la pasarela Gaudí y te convertiste en un líder de la temporada. ¿Cuál es para ti el primer instante inolvidable de los principios de tu carrera?
Una sesión de fotografías con Helmut Newton en el hotel Regina de París. Lo recordaré siempre y en todo momento como algo épico. Él murió poco después y sentí que había tenido la enorme suerte de poder formar parte en la narración de la tendencia con mayúsculas.
¿Y cuál fué la lección más esencial que has aprendido?
No te tomes nada personal por el hecho de que ser modelo es un trabajo durísimo y solitario en el que te ves expuesta a la opinión de bastante gente que no te conocen de nada. Además de esto, eres bastante joven y frágil. Lo primordial es meditar que suponiendo en ti y con especialidad lo puedes hallar. Es algo a utilizar en todos y cada uno de los campos de la vida.

Pues no todo fué un sendero de rosas para ti (tengamos en cuenta que denunció públicamente haber sufrido abusos por la parte del fotógrafo Terry Richardson).
Y no obstante, hoy, no cambio nada de lo que he vivido pues merced a todo eso soy quien soy. De mi pasado abrazo hasta los instantes pésimos.
Asimismo la industria ha aprendido de sus fallos y comienza a abogar por la pluralidad, tanto de género como racial o de talla.
Y me semeja fabuloso, por el hecho de que pienso que la tendencia habría de ser para el placer de todos. Que se logre este avance y seamos clasificados como iguales es lo más esencial. Si bien queda bastante sendero por recorrer y bastante lote por apoderarse todavía.
¿De qué manera comprobar los cánones tradicionales de hermosura?
Exacto. Que la veteranía cobre mucho más relevancia por todo el bagaje que acarrea y que no se menosprecie sino sea alabada y conmemorada. Es como la técnica del kintsugi japonés, que recompone las piezas de cerámica fracturadas con barniz dorado y logra que sean mucho más valiosas que en el momento en que eran novedosas. Absolutamente nadie es menos por cumplir años. Por el momento no hay una perfección absoluta ni única sino se marcha mucho más allí.

¿Qué es para ti la hermosura?
La estabilidad que aparece en el momento en que admites y asumes tus virtudes y defectos, que son lo que te hacen única y también incomparable. Eso que de joven te regresa insegura y detestas pues no eres como el resto es, si bien tardes en ofrecerte cuenta, con lo que eres irreproducible. Para mí, en el momento en que llegas a quererlo y te empoderas es en el momento en que pasa el milagro de la hermosura; somos un reflejo de adentro de lo que sentimos por la parte interior. Más allá de que se intente un término subjetivo, todos poseemos algo hermoso en el interior. Lo que antes se encontraba oculto y era tachado de imperfecto se transforma en bonito.
Superar profesionalmente pese a todo fué tu incesante.
Pues si bien en un instante particular la tendencia me dio la espalda, yo deseé proseguir y progresar.
De este modo te lanzaste al estilismo.
Y me hizo realizarme mucho más aun que como modelo. Yo deseaba ir alén de mi hermosura, pues soy capaz y creativa. Si bien al comienzo me sentía muy insegura y miedosa de que me tacharan de intrusa, un amigo me mencionó que exactamente ese era mi punto fuerte: que cuantas mucho más capacidades tenga, mucho más sumo. Le di la vuelta y me dije a mí misma que soy lo mucho más. Soy mucho más que una cara bonita, y eso me hace sentir vigorosa.
¿Enserio te consideras insegura? Soy super tímida. No me agrada que me miren o me piropeen y no hablo bastante de mi vida privada, que es sagrada. Tengo pavor escénico pero me obligo a superarlo, como en el momento en que en un concierto en Sevilla de Fondo Flamenco, para los que trabajo como estilista, me subí al ámbito a bailar enfrente de 12 mil personas. Creí que me iba a desmayar, pero me nacieron alas.

¿Gozas yendo al máximo?
Me chifla. En el momento en que me comentan que no voy a lograr realizar algo eso me incentiva mucho más. Voy a por las cosas hasta el desenlace y con la adversidad me crezco. He debido hacerme fuerte; jamás me han regalado nada.
¿Tienes un mantra?
Sí. ‘Yo le confío a la vida’. Lo único de lo que me encargo es de ser buena persona y de vivir en gratitud, no en la protesta, por el hecho de que eso solo atrae cosas malas; no se debe regodearse en el mal. La vida es tan simple que en ocasiones uno piensa de qué forma somos capaces de complicárnosla. Vivo en el en este momento para no crearme agobio.
¿Eres un individuo espiritual?
Sí. Y además de esto me encanta el tarot. Si bien el futuro es realmente difícil de ver, lo que se puede sentir son los bloqueos que cada uno de ellos tiene. Yo estoy muy abierta y soy muy observadora, capto señales por doquier. Creo en las conexiones con otra gente, en la magia de la vida y del cosmos, y en que si te afirma que prosigas recto, no gires a la derecha.